Tipología documental y enfoques de automatización
Establecer una tipología documental es necesaria para facilitar el proceso de automatización, aunque sean muchos los criterios en los que nos podemos basar para realizar esta tipología y el resultado sea necesariamente insuficiente e insatisfactorio.
Uno de esos criterios, relevante pero no el único ni necesariamente el mejor, es la diferenciación en el grado de formalización del documento, que nos permite establecer un recorrido desde la ausencia de formalización (mínima formalización) y la asimilación del documento a un formulario (máxima formalización). Esta diferenciación puede ser poco relevante en términos de contenido, pero es totalmente pertinente en cuestiones de forma y de grado de prescripción, dada la coincidencia entre formalización y principios de práctica normativo-burocrática de la Administración.
La forma es determinante para el desarrollo de planteamientos técnicos, tanto para definir su viabilidad como para determinar las estrategias de trabajo, de modo que condicionan los enfoques de automatización. veámoslo con más detalle.
Un texto no formalizado o escasamente formalizado permite (¿obliga?) a emplear estrategias basadas en la identificación variables vs texto fijo, lo que conlleva el enfoque de trabajo basado en referencias o modelos sobre los que construir a su vez el modelo textual-base sobre el que aplicar (sugiero) el procedimiento texto-cloze como enfoque procedimental de automatización.
Por el contrario, la automatización de un texto fuertemente formalizado deberá basarse en el enfoque Combinar correspondencia y sus desarrollos. Una propuesta concreta podría ser el uso de marcadores. En cualquier caso es fundamental contar con una base de datos, por lo que se hace necesario implementar procedimientos para generar dicha fuente de datos, aunque no forme parte del proceso de automatización de documentos (de textos, sería más preciso decir) en sentido estricto.
Pero dado que el grado de formalización es entendido aquí como un continuo, los textos realmente susceptibles de automatización presentan diferentes grados o nivele de formalización, por lo que cabe desarrollar (por ejemplo) esos enfoques de automatización en diferente grado o medida. En esto tiene un peso fundamental el modo en que se plantea el trabajo con las variables, siendo una de sus posibilidades el tratarlas como elementos organizados y de referencia para la toma de decisiones. De ello podríamos derivar un tercer enfoque (en realidad, un enfoque complementario de los anteriores) no tanto de automatización en sentido estricto como de uso de los recursos que facilitan dicha automatización: esto es, de los lenguajes de programación y el enfoque algorítmico de trabajo que representa (pensamiento computacional).
Debo decir que soy consciente de la dificultad que todo esto tiene para los profesionales de los SEO, que no son ni tienen por qué ser programadores; pero también lo soy de las posibilidades que derivan de que sean los SEO los protagonistas del desarrollo de este proceso (la automatización de documentos) por motivos que ya comenté en otros momentos y sobre los que probablemente volveré en esta sección. Una forma de acortar el recorrido que separa ambas dimensiones del problema es recurrir a las herramientas que ponen a nuestra disposición suites ofimáticas como LibreOffice, tanto las que incorpora como funcionalidades como las disponibles como lenguajes de script, como OOo Basic. Por aquí me propongo empezar; parece razonable hacerlo, dada la familiaridad práctica que estas herramientas tienen para nosotros por motivos de trabajo.

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