Cálculo básico
PCA. Canarias. Criterios para el análisis
Aunque el [análisis anterior] nos sirve para comprender mejor los resultados del PCA en cada curso y en conjunto, no se puede decir que de ellos se puedan derivar criterios para el análisis de los resultados individuales; al menos no todos los necesarios.
Por este motivo, y con el fin de avanzar en el diseño del soporte de evaluación, propongo aquí concretar esos aspectos, a sabiendas que nos faltan aun referentes necesarios para realizar el planteamiento final sobre el que construir dicho soporte. Es por ello que lo que ahora se propone y lo que puede derivar de ello sólo permita aportar una solución provisional.
Veamos cómo podríamos plantear el análisis de las puntuaciones a nivel cuantitativo y centrándonos en la identificación de motivos de intervención en función de posibles dificultades de aprendizaje.
En primer lugar, dado que en P2 no existe un intervalo de puntuaciones inferior al mínimo absoluto, no es posible identificar en él un alumno que se sitúe por debajo de la puntuación mínima, por lo que, en principio, en ese curso no existiría motivos para una intervención especializada de apoyo de carácter intensivo, cosa que sí es posible hacer en el resto de los cursos. En ellos sí es posible establecer esta orientación en base al conocimiento de que los niños del curso obtienen como mínimo una puntuación (mínima) x, así que cualquiera que esté en ese curso y se sitúe por debajo de ese mínimo es susceptible de presentar graves dificultades de aprendizaje en el ámbito del cálculo aritmético. En concreto:
- P3. Por debajo de 6 ptos.
- P4. Por debajo de 9 ptos.
- P5. Por debajo de 12 ptos.
- P6. Por debajo de 9 ptos.
Aunque, como dije, en P2 no es posible identificar a nadie en esas circunstancias, yo consideraría, no obstante, esa posibilidad a partir de una puntuación de <=3, dado que esa es la puntuación que correspondería si se cumpliese el criterio de mínimos de la serie de cursos. Además hay otros motivos para ello, especialmente si, como es de desear, la evaluación grupal se realiza a finales del 2º trimestre del curso, tiempo suficiente para el desarrollo de una intervención educativa ordinaria suficiente. En todo caso, sería necesario confirmar esta apreciación con los datos empíricos resultantes de esa evaluación grupal.
En el caso de P6 su dato de referencia deberá confirmarse con los datos empíricos de la aplicación de la prueba a nivel grupal, ya que atendiendo a la evolución observada hasta ese momento, se esperaría una puntuación mínima de 15 ptos (12+3), y no de los 9 que resultan de la muestra.
Una segunda referencia para identificar niveles de dificultad susceptible de intervención de apoyo, pero con menor nivel de intensidad (por ejemplo) serían los alumnos cuyas puntuaciones se ubiquen por debajo del percentil 25 (límite inferior del intervalo intercuartílico). Estas puntuaciones son las siguientes:
- P2. <=13 puntos
- P3. <=17 puntos
- P4. <=19 puntos
- P5. <=22 puntos
- P6. <=24 puntos
Las calificaciones de quienes no se encuentren en esas dos categorías (y se espera que sean la mayoría) se limitan a dos: dentro de la media (o en niveles de rendimiento esperados) para todos aquellos (se supone que la mayoría) que se ubiquen dentro del intervalo intercuartílico y por encima de la media (o en niveles de rendimiento superiores a los esperados) para los que obtengan puntuaciones superiores a la propia del percentil 75.
Estas últimas son las siguientes (por cursos)...
- P2. >=20 ptos.
- P3. >=23 ptos.
- P4. >=26 ptos.
- P5. >=29 ptos.
- P6. >=32 ptos.
Aunque de este modo disponemos de criterios para la identificación de dificultades y la categorización del alumnado en función del rendimiento observado, nos falta algo tan importante como identificar el contenido que puede tener esa intervención, la cual se definirá como individual en casos extremos, pero generalmente con carácter grupal (o al menos en el marco de la intervención dentro de aula) en la mayoría de los casos, pero que en ambos se deberá definir en función de las categorías de operaciones en las que se observen dificultades específicas.
Es por ello que no contando aun con los datos necesarios, propongo que se plantee provisionalmente una referencia para actuar en función de la categorización o tipología de las operaciones tal y como se recoge en Hoja de resultados [ver en la entrada] y se muestra a continuación...
... y cuando se observe un fallo en alguna de ellas, a excepción de la categoría I (multiplicación con decimales), en la que en principio, será necesarios dos errores.
Este procedimiento debe entenderse como provisional y delimitado a un teórico referente que a su vez se basa en una deducción a partir de la moda del curso y de los resultados de la evaluación grupal (baremo local), ya que no son aplicables los mismos criterios a todos los cursos, pero sólo los resultados grupales marcan los límites precisos del nivel de competencia exigible. Me explico.
- Para P2 la moda (17 ptos) equivalen teóricamente a las categorías A-E. Si nos planteamos mayores rendimientos es posible que estemos forzando el nivel de capacidad de cálculo exigible, pero sólo los datos empíricos derivados de la evaluación grupal nos dirán si también se puede incluir (como es de esperar) la categoría F.
- En P3 las categorías a considerar podrían ser las categorías A-F, dado que su moda (22) se sitúa ligeramente por encima del sumatorio de ese bloque (20), pero incluir el siguiente lo supera (A-G -> 24). Sólo si los resultados grupales lo permiten nos iríamos al bloque A-G, que sería lo deseable
- Por razones similares, en P4 trabajaríamos con los grupos A-G (sumatorio 24, que es igual al valor de la moda). Igual que antes, la inclusión del bloque H (que sería deseable también por coherencia en las operaciones) dependerá de los resultados grupales.
- En P5, en teoría no deberíamos avanzar más allá del bloque A-G, dado que su moda (25) no nos garantiza que una mayor exigencia sea posible, pero esperaremos a los resultados grupales para trabajar con el bloque A-H, incluso con el bloque A-I.
- Finalmente, en P6, gracias al incremento de la moda (31) nos es posible considerar el bloque A-H sin limitaciones, con la esperanza de que también podamos incluir el bloque siguiente (I) en función de los resultados grupales. No obstante aquí, a nivel de baremo, estamos ante un comportamiento un tanto anómalo, donde abundan los malos resultados, por lo que deberemos ser cautos y trabajar fundamentalmente con referencia a los resultados grupales, ya que no se puede (ni se debe) descartar niveles "normales" de rendimiento que permitan considerar todas las categorías de la prueba.































