Discriminación auditiva
Test Wepman (I)
Dentro de la percepción, la discriminación auditiva resulta de especial interés para el proceso de enseñanza-aprendizaje por su incidencia en el desarrollo del lenguaje, con las implicaciones que este tiene en otras áreas del desarrollo, como la comunicación y el ámbito socio-afectivo, pero también para el logro de los objetivos curriculares fundamentales de las áreas de Lengua Castellana y Literatura y Lengua extranjera. Además es de desatacar su especial relevancia para el aprendizaje de la lecto-escritura.
Digo lo anterior para poner de manifiesto la importancia que tiene identificar posibles dificultades de percepción auditiva para el estudio de las dificultades de aprendizaje y la detección de necesidades educativas específicas.
Cierto que en caso de observarse dificultades auditivas, lo que corresponde es derivar al alumno a los profesionales de los servicios de Salud, pero en y desde este mismo enfoque de la intervención, que aportemos como SEO los resultados de una prueba de discriminación auditiva como los que nos proporciona un tes como este de Wepman puede ser una forma adecuada de actuar, colaborando con esos servicios sanitarios sin interferir en sus actuaciones.
No obstante, la evaluación de la discriminación auditiva presenta mayor dificultad de la que cabría esperar atendiendo a la simplicidad de algunas de las tareas que se emplean en esta evaluación. Esto puede ser debido a la imprecisión de la definición del constructo dentro del conjunto de constructos relativos a las habilidades auditivas. O al menos eso es lo que se desprende de algunas investigaciones sobre esta cuestión. Y ello a pesar del esfuerzo de los profesionales por clarificar el significado y las diferencias conceptuales entre distintos componentes de las habilidades auditivas y de su interés por definirlos con precisión a fin de facilitar la detección específica de dificultades y el desarrollo de programas de estimulación ajustados concretamente a cada una ellas.
Podemos diferenciar tres procedimientos de evaluación de la discriminación auditiva:
- input par de palabras de contraste mínimo (o iguales) - Output juicio Igual vs. Diferente.
- Input dos palabras de contraste mínimo (o iguales) producidas sucesivamente - Output repetición-producción de ambas palabras.
- Input imágenes que representan dos palabras de contraste fonológico mínimo (o iguales) + producción de una de ellas - Output señalar la imagen que corresponde con la palabra emitida.
Dado que el objetivo es evaluar la capacidad para diferenciar dos fonemas que sólo se distinguen por un único rasgo, la discriminación auditiva se manifiesta como una habilidad auditivo-temporal, no fono-articulatoria, algo que no siempre parece estar claro en algunos análisis que se realizan de los resultados, ya que en ellos se hace referencia a rasgos distintivo desde la perspectiva articulatoria y más aun, a sus implicaciones en la producción fono-articulatoria, pero no a la percepción de los fonemas. El error más frecuente que deriva de lo anterior es la omisión de la dimensión secuencial-temporal de la tarea empleada en la evaluación.
Otra cuestión a tener en cuenta, y que no siempre se tiene, es que estamos aplicando estas pruebas a niños pequeños que aun están en proceso de adquisición del sistema fonológico del idioma materno, lo cual, además, se produce principalmente en un contexto socio-familiar específico, no sólo en el contexto escolar. Es por ello que el nivel de desarrollo fonológico en que realmente se encuentra el niño, no en el que debería estar según criterios normativos, y las características específicas de su contexto socio-familiar (en caso de que éste presente peculiaridades específicas) deberían ser tenidos muy en cuenta antes de emitir juicios sobre supuestas dificultades de discriminación auditiva.
- Cuando se solicita un juicio Igual-Diferente (dos conceptos básicos) se debe asegurar que el niño conoce y es capaz de emplear ambos conceptos, y no darlo por supuesto como con frecuencia se hace. Por otro lado, también tenemos que tener en cuenta que, al margen de esa dificultad, la probabilidad de acierto por mero azar por ítem es muy elevada (50%).
- Las imágenes empleadas presentan la dificultad que implica el conocimiento léxico que implican, además la de la idoneidad de la representación gráfica de los vocablos empleados. Para evitar interferencias no deseadas en la evaluación de la discriminación auditiva se debe garantizar que el niño conoce el vocabulario empleado y lo reconoce en las imágenes que se le representan. En caso contrario podemos estar valorando el conocimiento léxico y no la discriminación auditiva. Este formato de presentación de la tarea también puede inducir a dar respuestas correctas de discriminación auditiva que no lo son cuando el término coincidente imagen-palabra presenta mayor facilidad por familiaridad. Además, en sentido contrario, este tipo de prueba también está afectada por la alta probabilidad de acierto al azar por ítem (también el 50%)
- La reproducción de las dos palabras que se presentan en oposición también se ve afectada por condicionantes léxicos, además de suponer un alto nivel de exigencia atencional y de capacidad de producción verbal, ambos de relevancia si hablamos de niños pequeños (especialmente con limitaciones en el desarrollo fono-articulatorio) y de pruebas con un elevado número de ítem, como no es raro que sea el caso (1)
Además de lo indicado respecto al nivel de desarrollo del lenguaje en función de la edad y de las características personales y socio-familiares, dos son las posibles causas de dificultades (comisión de errores) en pruebas de este tipo: la dificultad auditiva y las limitaciones en el procesamiento auditivo-temporal.
En cuanto a la primera, en caso de observarse dificultades se impone la derivación a los servicios de salud para la correcta valoración de un posible déficit auditivo.
En cuanto a las dificultades de procesamiento secuencial, descartada la causa primera, tanto la implicación de estas dificultades como su propia evaluación son mucho más complejas, siendo necesario también (aunque con otros objetivos) la derivación al ámbito sanitario (clínico-terapéutico), incluyendo en este caso la evaluación de habilidades metafonológicas ajustadas al nivel de desarrollo esperado por edad como contribución del SEO a la demanda de intervención sanitaria que se plantea. Este tipo de dificultades son de gran transcendencia para el proceso de aprendizaje ya que, además de afectar al desarrollo del lenguaje, también lo hace específicamente al proceso de aprendizaje de la lecto-escritura.
Con todo, el test de Wepman, aplicado mediante el procedimiento de juicio Igual-Diferente, salvadas sus dificultades conceptuales y procedimentales antes indicadas, me parece un instrumento suficiente y satisfactorio para la evaluación de la discriminación auditiva en el ámbito educativo; siempre desde la perspectiva antes indicada de colaboración con el ámbito sanitario.
Por desgracia, aunque resolver una tarea simple Igual-Diferente puede ser suficiente para diferenciar la presencia-ausencia de dificultades de discriminación auditiva, esto no significa que Wepman garantice un adecuado análisis de los resultados que ofrece, ya que, entro otras limitaciones, no aporta indicadores de rendimiento en función de la edad del alumno ni otros que permitan realizar valoraciones del niveles de logro, ni siquiera en simples términos de ausencia-presencia de dificultades.
Los dos únicos análisis posibles son el porcentaje de acierto (en relación a los 40 elementos del total) y el análisis individual y cualitativo de los pares de fonemas alterados. Además los estudios consultados no dan respuesta a estas limitaciones, aunque aportar, eso sí, algunas indicaciones sobre líneas de investigación. Por ejemplo podemos apreciar diferencias entre el rendimiento del alumnado de E. Infantil y de E. Primaria (primer ciclo), pero no definitorias entre los dos cursos considerados de la etapa de E. Infantil ( 4 y 5 años): este caso no se establecen marcas cuantitativas (% de acierto) entre lo que se considera nivel bajo - medio - alto de rendimiento, de ahí que no resulte fácil establecer si existen diferencias entre los 4-5 años cuando se trata de calificar el rendimiento en esos tres grupos.
También contamos con datos sobre los pares de fonemas afectados por dificultades de discriminación, incluso en términos de edad (también por bloques de edad excesivamente amplios: Infantil vs. Primaria), así como la observación de la tendencia a la sustitución dentro del par de fonemas objeto de comparación (no con otros fonemas ajenos al mismo). No obstante la muestra es excesivamente limitada y la población es especialmente concreta como para generalizar estas tendencias (2).
NOTAS
(1) El mismo test de Wepman consta de 40 pares de palabras, lo que para niños pequeños o con problemas de atención puede suponer una exigencia que incide negativamente en sus resultados. También influirán factores emocionales, especialmente si el niño presenta dificultades fono-articulatorias y muestra inhibición en el lenguaje expresivo.
(2) Lo que resulta interesante, en cualquier caso, es que estos estudios, precisamente por sus limitaciones, muestran que es posible y pertinente desarrollar modelos de análisis incluso en condiciones que están muy lejos de criterios normativos. Empezando por la "selección" de la muestra, siguiendo por su limitación cuantitativa y finalizando por las propias estrategias de análisis empleadas, que mezclan procedimientos cuantitativos y cualitativos.

