Modelos autonómicos
Castilla y León
Retomo con esta entrada el análisis de los modelos autonómicos de informe psicopedagógico. En esta oportunidad analizaré el modelo de Castilla y León, Comunidad autónoma poco dada al cambio, por lo que parece, ya que el modelo actualmente vigente lo es desde 2009, fecha en la que se publica la Orden EDU/1603/2009, de 20 de julio, por la que se establecen los modelos de documentos a utilizar en el proceso de evaluación psicopedagógica y el del dictamen de escolarización.
En esta orden se establece una serie de documentos como prescriptivos. En realidad se trata de una colección documental limitada en número (5 documentos), dos de los cuales implican a la familia (anexo II. Autorización de los padres para evaluación psicopedagógica y anexo V, Opinión de los padres sobre la propuesta de escolarización del dictamen), lo que da idea de la importancia que el Gobierno de esta Comunidad da a la opinión de las familias.
El proceso de evaluación se inicia con la demanda de evaluación que involucra al profesorado (anexo I) y tiene dos exponentes documentales: el informe psicopedagógico (anexo III) y el dictamen de escolarización (anexo IV).
Existe publicaciones oficiales posteriores que pueden orientar sobre, simplificar el procedimiento o modificar algunas cuestiones relativas a la elaboración de los informes, o de casuísticas específicas (vg., lo más reciente, Plan de Atención a la Diversidad 2025/2026), pero la documentación de base y con carácter prescriptivo sigue siendo el publicado en EDU/1603/2009 y que graciosamente publica también la Consejería en su [página web] en formato Word y Word plantilla para uso por parte de los SEO.
Castilla y León opta, como veremos después con más detenimiento, por una documentación extensa pero muy estructurada, en la que se diferencia formalmente el soporte informe del soporte dictamen, aunque compartan muchos elementos formales y mucho contenido. En esto no destacar del las propuestas del resto de comunidades. Además se posiciona dentro del grupo de comunidades de modelo único (de informe y de dictamen) que presenta, además, una gran estabilidad temporal (como he dicho, invariable desde 2009). Esto, junto con el alto grado de formalización del documento, podría haber permitido a la Administración educativa o en su defecto a los profesionales, elaborar soportes que facilitaran la automatización de la cumplimentación del documento, pero hasta donde yo sé no constan iniciativas en este sentido. Lo que sí resulta evidente es que los cambios normativos no han llevado a la Consejería a realizar modificaciones de forma, estructura o contenido en el soporte documental. Tampoco (también hasta donde yo se) han suscitado estudios sobre el funcionamiento de la documentación de referencia en la práctica, aunque parece evidente que no es un tema que preocupe.
Por lo que a este blog se refiere, el modelo de informe será el documento que tome como referencia para concretar mi análisis. Por eso te dejo acceso también en Documento, al final de esta entrada.
Este documento está dividido en 14 apartados (15 si contamos los datos de identificación del alumno), por lo que no se puede decir que sea un documento breve, pero al presentarse sumamente estructurado (en formato tabla-formulario), la mayoría de los contenidos están extremadamente formalizados, siendo frecuente que se presenten como listas de opciones en forma de algún tipo de control de formulario.
Relato el índice de contenidos y analizo después su estructura y cada una de las secciones del documento.
- 0. Datos de identificación del alumno
- 1. Datos de identificación del SEO
- 2. Datos de identificación del Centro
- 3. Motivos de la evaluación
- 4. Información previa disponible
- 5. Técnicas y pruebas utilizadas
- 6. Datos y aspectos relevantes de la historia personal del alumno
- 7. Datos y aspectos relevantes del contexto educativo
- 8. Datos y aspectos relevantes del contexto familiar
- 9. Datos y aspectos relevantes del contexto social
- 10. Categorización
- 11. Identificación de las necesidades específicas de apoyo educativo
- 12. Orientaciones para la propuesta curricular
- 13. Orientaciones a la familia
- 14. Propuesta de seguimiento y revisión
Aunque la opción formal adoptada genera, como vemos, un largo listado de apartado, es posible realizar agrupaciones que simplifican la comprensión de su estructura:
- Primero tenemos un conjunto de componentes (tablas 0 a 2) referidos a la identificación (alumno, SEO y Centro).
- El segundo bloque se presenta más disperso, pero podemos considerarlo formado por la sección 3, en la que se identifican los motivos de la intervención, y por las secciones 4 (datos relevantes previos) y 5 (actuaciones de desarrollar).
- El tercer gran bloque comprende los apartados 6 a 9. Dentro de este bloque se diferencian dos partes:
- La relativa a los datos del alumno (y al propio proceso de evaluación (tabla 6)
- Y datos que informan de los contextos (7-8-9), en relación al proceso de enseñanza-aprendizaje.
- En el cuarto bloque se categorizan las necesidades educativas (10), se identifican concretamente (11) y se plantean orientaciones curriculares (12) y para la familia (13).
- Para finalizar se realiza una propuesta de seguimiento y revisión (14).
Me parece un acierto, no obstante, la simplicidad de los contenidos de la tabla 0 (datos de identificación del alumno)...
... por presentar como tabla única los datos del niño y de contexto familiar y escolar (algunos campos simplemente sobran). Por ese mismo motivo me parece excesiva la demanda de información sobre el SEO y sobre el centro escolar. Ambas podría ser muchos más sencillas, de modo que sería suficiente con añadir algún campo más a la tabla 0, siendo innecesarias las tablas 1 y 2. Me resulta poco creíble que la Delegación de Educación competente carezca de esa información como para que le resulte de utilidad real en la tramitación del expediente que incluye el informe. Y estoy convencido de que su ausencia no impide una correcta gestión del expediente del alumno.
El segundo bloque se inicia con la tabla 3 (Motivación de la evaluación), la cual me parece satisfactoriamente simple,...
... si bien en mi opinión debería ser considerada una unidad con las dos tablas que siguen, las cuales exponen las fuentes de información, diferenciando (cuando esto es posible) entre las fuentes relevantes de información previa (tabla 4)...
... y el listado de actuaciones a desarrollar en el momento actual (tabla 5)
Es posible que esta última, en cuanto es responsabilidad del SEO, pudiera contener alguna referencia informativa a éste. En ese caso sería aquí donde se podría incluir información sobre el SEO (ver tabla 1), pero únicamente la imprescindible (vg., SEO y profesionales implicados)
Finalizada esta segunda fase nos adentramos ahora en el núcleo fundamental de la recogida de datos. Este bloque comprende, como dijimos, las tablas 6 a 9, y en ellas se diferencian los datos relativos al alumno y los datos sobre sus contextos.
Los primeros se resumen en la tabla 6, que es en realidad un compendio de temáticas, cada una de las cuales podrían tener su propia tabla, pero que aquí se reúnen de forma sintéticamente satisfactoria, sin que ello evite la complejidad real del contenido que reúne esta tabla.
En ella diferenciamos, en primer lugar y acertadamente en esta posición, la información relativa a la escolarización y la síntesis de MAD adoptadas previamente. Es posible que esta sea la posición donde ubicar la información aportada en la tabla 2, a fin de evitar duplicidades y de contextualizar los datos.
Otro grupo de contenidos de esta tabla son los relativos al desarrollo personal y a la adaptación social del alumno, que incluye, y finaliza, con el nivel de competencia curricular alcanzado.
El tercer bloque (más que nada por su amplitud y detalle) sería el relativo al estilo de aprendizaje.
Personalmente creo que esta estructura de contenidos es correcta, incluyendo el orden de presentación, con la excepción del protagonismo formal que se da al estilo de aprendizaje. Se debe entender esta parte de la tabla como un intento de sistematizar y facilitar el análisis de este conjunto de datos que, leídos detenidamente, están lejos de responder a lo que formalmente se plantea en el título de la tabla, ya que más que estilo de aprendizaje, de lo que se habla es de características del sujeto en relación con el abordaje del proceso se aprendizaje, que no es lo mismo.
De hecho se incluyen aquí referencias y valoraciones sobre niveles de desarrollo de procesos cognitivos básicos (atención, memoria) junto con cuestiones de muy diferente naturaleza. Es posible que fuera pertinente realizar un re-análisis de este conjunto de contenidos para dar otro enfoque a esta parte del análisis, y estoy seguro de que el modo en que se plantea la valoración de la mayoría de estos apartados no es muy afortunada, ya que suscita al profesional el recurso a un procedimiento valorativo tan insatisfactorio como inapropiado.
Sobre la segunda parte de este bloque, la relativa al análisis de los contextos, su mero planteamiento y la diferenciación en tres bloque (escolar, familiar y social) me parece acertado. También los contenidos en que se concreta el análisis previsto para el contexto escolar y familiar y que ambos se enfoquen desde la perspectiva de lo que incide en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Es posible que un enfoque más específicamente orientado por el planteamiento de hipótesis explicativas ofreciera también aquí líneas de investigación más concretas, pero los contenidos enunciados son muy interesantes.
Sobre el enfoque del análisis del contexto social decir que me parece anodino y prescindible, pero si se quiere decir algo al respecto, por eso de considerar también esta dimensión del análisis de los contextos, la temática que se plantea en esta tabla (9) no suscita controversia.
La parte final o cuarto bloque me parece, en general, un acierto en su planteamiento y, en gran medida, en su concreción. Especialmente acertada me parece la forma en que se plantea la categorización (10), sin más concesiones a los formalismos que las necesarias (incluyendo la extensión de la tabla)
También (tabla 11) una identificación en concreto de las necesidades educativas, que me parece muy necesaria, y los ámbitos en que ésta se concreta, que son reales y satisfactoriamente ajustados a lo que es posible abordar desde la intervención educativa, incluyendo la referencia al contexto socio-familiar.
Lo que no parece adecuado es el énfasis que se pone en el enfoque rehabilitador, casi clínico, frente a la generalidad con la que se abordan las necesidades de tipo curricular, aquellas que precisamente originan el proceso de evaluación y concretan las necesidades educativas como tales. Aquí tenemos un claro ejemplo de desenfoque clínico, acertado en estos términos, pero desajustado respecto a lo que debe ser un enfoque educativo.
También se echan en falta planteamientos más concretos en relación a los contextos escolar y familiar, acordes con aquello que fue objeto de análisis en las tablas 7 y 8 respectivamente. No tiene sentido haber reflexionado sobre esas cuestiones y no tenerlas ahora en cuenta a la hora de identificar necesidades.
El contenidos de la tabla 12 (orientaciones para la respuesta curricular) me parece bien estructurado en cuanto a los contenidos a los que propone dar respuesta (a excepción del ámbito extraescolar, sobre el que considero no es pertinente que nos manifestemos obligatoriamente), aunque sería posible mayor concreción en algunas de sus partes, sólo con fines de facilitar el trabajo a los profesionales.
Las orientaciones para la familia (tabla 13) carecen de cualquier estructura interna orientativa y bien podrían tenerla, aunque para ello sería necesario retrotraerse al contenido de la tabla 8...






























