sábado, 1 de marzo de 2025

Textos. Automatización.

Un poco de historia en la automatización de textos


Si el análisis de los expedientes SEO nos muestra la importancia relativa que ha alcanzado el proceso de informatización y la pertinencia de diferenciar conceptos como informatizar y digitalizar, justo es decir que la historia de la automatización de textos no queda reflejada en esa documentación, pero ha existido. En cierta medida se ha producido, aun a pesar de no verse favorecida por las circunstancias.


La mejor evidencia de que esto es así (moderadamente, es cierto) no la proporciona el análisis de la documentación; la proporciona el recuerdo de la práctica profesional. Esta práctica se retrotrae a periodos pre-digitales, podríamos decir, ya que el interés por "automatizar" la producción de textos es previa al uso masivo de los procesadores de texto y enlaza con la práctica tan común en la época de las máquinas de escribir y las fotocopiadoras de utilizar textos-cloze, bien para completar la información "personalizada" a mano o a máquina. 

Esta práctica, aun presente hoy en día en su versión "manual", ha ahorrado mucho trabajo repetitivo; y lo sigue haciendo a día de hoy porque, en su versión digital sigue siendo una práctica habitual. Sin embargo deja poca huella en los expedientes del alumnado (alguna deja, pero escasa) de ahí su poca constancia documental.

Por desgracia otros documentos, precisamente los más numerosos (informes y dictámenes) no pueden reflejar lo que no ha existido (su automatización); además a día de hoy no podemos afirmar que esté próximo a producirse; es más tampoco que sea deseable. Pero vayamos por partes.

Empezando por los motivos de su escasa (¿nula?) automatización. En primer lugar motivos técnicos: automatizar un informe no es un proceso sencillo ya que este documento tiene todas las características de dificultad que se puedan argumentar: es complejo (requiere planteamientos técnicos complejos y mixtos), es extenso (suficientemente extenso como para que esta característica constituya una dificultad en si misma) y es sumamente complicado en la forma en que se expresa su contenido (por lo que exige mucho al pensamiento algorítmico para el procesamiento de los datos que se manejan en él).

Si lo que deseamos es automatizar un dictamen, posiblemente el proceso se simplifique mucho más, ya que el documento es mucho más sencillo y está mucho más formalizado, lo que redunda positivamente en la posibilidad de que sea automatizado; pero presenta una limitación: la tecnología disponible desde las suites ofimáticas presenta, en si misma, un alto grado de dificultad técnica y no está diseñada para facilitar su uso en tareas como la que supone automatizar un dictamen de escolarización. Me esto refiriendo a la utilidad Combinar correspondencia.

Además de las limitaciones técnicas, la automatización de estos documentos, al menos en la forma en que normalmente este procedimiento se entiende, plantea problemas que van más allá de la técnica, incluyendo la pertinencia de proceso en sí. No voy a entrar aquí (ni aquí ni ahora), pero personalmente entiendo que ésta es una cuestión de gran importancia que requiere un estudio serio y someterla a reflexión profesional individual y colectiva, sin que nos dejamos llevar por cantos de sirenas tecnológica o sus contrarios.

En cualquier caso, la doble naturaleza de las citadas dificultades técnicas son responsables (al parecer tanto para bien como para mal) de la situación, bien por la escasa viabilidad de los recursos técnicos realmente disponibles como por la escasa competencia informática del colectivo y el no menor desinterés de la Administración por aportar soluciones al respecto; al menos por la gran mayoría de las Administraciones educativas autonómicas, que no por todas, aunque esta es otra cuestión, también muy interesante y digna de estudio.

Sea por estas razones (que no son pocas) o sea por el escaso interés del colectivo profesional, lo cierto es que la automatización de esa documentación tan compleja como cuantitativamente relevante no ha llegado a avanzar mucho en la práctica. Ambas condiciones inciden negativamente en el peso real del proceso en la práctica profesional.

Pero tampoco se puede decir que sea diferente la realidad de otras vías o ámbitos de trabajo en las que este avance sería factible y podría interesar al colectivo, en este caso, más que a la propia Administración. Me refiero a la automatización del análisis de las pruebas (test).

Aunque el estudio de los expedientes SEO indique el moderado impacto de la digitalización de las pruebas, no deja de mostrar que ésta es una realidad; incluso que lo es el interés por la informatización, pero también muestra que ésta última se ha quedado, mayormente, a las puertas de la automatización o en las formas más simples de ésta, la que permite el uso de servicios como las hojas de cálculo y las funciones que estos servicios incorporan.

En este ámbito (que repito, en cualquier caso no pertenece a esta sección), el motivo no puede ser otro que la escasa competencia informática del colectivo. Sólo el interés de las editoriales ha permitido algunos avances en este campo, con lo positivo que esto tiene, pero también con las limitaciones que supone. 

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