domingo, 16 de noviembre de 2025

Lenguaje.


Discriminación auditiva

Test de Wepman (II)



El test de Wepman es un test vetusto ya (1958) y de escaso uso en la práctica profesional (incluso por parte de los logopedas), pero no deja de tener su interés, incluso para la evaluación de los SEO en caso de apreciarse posibles dificultades de discriminación auditiva, como parte de la aportación de datos para la derivación del profesional sanitario (Servicio de Pediatría). Por otro lado no es una prueba que tenga mucho misterio, ni en su formulación ni en su aplicación, incluyendo la simplicidad del recurso o soporte a emplear.


El test de Wepman está formado por una lista de 40 pares de palabras que el examinador emite delante del niño evitando la lectura labial. Se espera que el niño responda con Igual - Diferentes ante el estímulo, lo que exige que previamente hayamos comprobado que comprende el significado de ambos conceptos, además de que las condiciones acústicas del local en el que se aplica la prueba no presenta problemas significativos de acústica.

La prueba se aplica a niños de primeros años de escolarización, aunque hay cierta divergencia respecto al rango de edad, incluyendo un inicio entre 4/5 años y una finalización entre 6/7. No obstante, aunque para niños menores de 4 años no es recomendable por las exigencias perceptivas, pero también conceptuales, de capacidades de atención y persistencia y de intereses y actitudes ante determinadas tareas (en este caso) tan poco motivadoras), no veo motivo para no aplicarlo en el caso de niños mayores de 7 años si se observan motivos para ello.

Existe acuerdo sobre el procedimiento de cálculo de la puntuación de referencia...


... pero no baremos en relación a edades ni criterios para valorar un resultado en términos de presencia - ausencia de dificultades. Para algunos autores la  referencia es un determinado porcentaje de acierto (90%) que en niños pequeños toman como límite para considerar que existen dificultades de discriminación auditiva.

Otra estrategia de análisis consiste en identificar los pares de fonemas afectados por el juicio erróneo cuando el niño afirma igualdad pero existe diferencia. Algunos autores realizar después un análisis fono-articulatorio de las diferencias, aplicando criterios de la teoría motora del habla de forma simplista, lo cual considero inapropiado ya que olvida la incidencia de factores de procesamiento secuencial-temporal. Pero esta es una cuestión que se deberá replantear en el momento de la intervención especializada de apoyo, si llega el caso.

Personalmente considero que es necesario asumir cierto porcentaje de acierto como referencia para la valoración de posibles dificultades, pero en realidad esta es una cuestión que corresponde realizar al clínico. En lo que a nosotros toca parece suficiente con indicar el porcentaje de acierto e indicar los pares de fonemas afectados en el supuesto indicado antes. Dejamos la interpretación de estos datos al especialista.

Lo que sí deberemos garantizar al aportar estos datos es que el niño no comente errores por no comprender ni los conceptos Igual-Diferente y que hemos reducido la más posible los aciertos al azar. En otro caso estaremos aportando información potencialmente errónea que además induce a error.

Para evitar errores por no comprender la oposición Igual-Diferente es necesario trabajar ambos conceptos por oposición sobre material visual, sonoro y lingüístico, mostrando pares Iguales-Diferentes de imágenes, exponiendo a pares Iguales-Diferentes de sonidos ambientales y producidos por instrumentos y a pares de palabras Igual-Diferente no comprendidas en el listado Wepman. Sólo cuando estemos seguros de que el niño comprende ambos conceptos y los aplica correctamente podremos aplicar el test.

También debemos garantizar que el niño comprende la dinámica de la tarea, por lo que deberemos trabaja en esa fase previa de entrenamiento para que así sea y de forma específica cuando se considere necesario. Incluso, y con el fin de reducir el porcentaje de acierto al azar (que recordemos se sitúa en el 50% para cada ítem) propondría un procedimiento de aplicación que reduzca dicho porcentaje, a la vez que favorece nuestra observación de los efectos de las limitaciones de la capacidad atencional y de persistencia en el esfuerzo por parte del niño. Lo explicaré en su momento. 

En todo caso sugiero que el evaluador deberá estar pendiente del comportamiento del niño durante la tarea, especialmente a si muestra dificultades atencionales y/o fatiga, para actuar en consecuencia y reducir el efecto de estos factores. recomendaría incluso, en caso de observarse problemas de atención, bien que se indique en el informe o mejor aun que se acompañe este de una evaluación especifica de las capacidades atencionales del niño. Sólo en caso de observarse problemas persistentes de atención y posible incidencia en los resultados.

Aquí es donde interviene la consideración de un porcentaje como referencia, y donde planteo que consideremos un 90% (4) de error para edades 4-5 años y un 95% (2) de error para niños de más edad. En este caso, de apreciarse dificultades atencionales, es cuando se deberá evaluar específicamente esa capacidad a fin de aportar al clínico los resultados de ambas pruebas para que sea este quien determine el peso de cada uno de los estos factores.

Aunque aquí he introducido ciertas consideraciones que obligan a plantear qué necesitamos para aplicar la prueba, lo cierto es que, tal y como dije antes, la documentación consultada indica que el test de Wepman no presenta mayor complejidad ni exigencia de soporte, siendo frecuente su presentación bien en formato PDF, para recoger manualmente los resultados, bien en formato procesador de texto, para hacerlo directamente desde el ordenador. El examinador únicamente emite los pares de palabras impidiendo la lectura labial por parte del niño y anota la respuesta del niño (Igual vs. Diferente) en la columna o columnas respectiva(s). La puntuación del ítem se realiza en el momento, aunque también se puede realizar a posteriori.

Este ejemplo de protocolo extraído de la red ilustra lo que digo, pudiendo ser incluso más simple. Puedes utilizarlo directamente en papel sin más complicación que copiar la imagen en un documento de texto.

Personalmente yo utilice Wepman en una fase de mi carrera profesional concreta, en la que debía evaluar con frecuencia posibles dificultades de audición y lo hice primero usando un documento Word y después una hoja de cálculo (Excel). A partir de estos soportes elaboré un DocAp basado en Calc, que te ofreceré en una próxima entrada, pero no en la siguiente; en esa te presentaré un soporte Calc similar al que creé en su momento, pero actualizado.




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